* Los gatos parecen ser más listos de los que pensábamos e incluso pueden reconocer rostros y sonidos familiares
El lenguaje es una herramienta mediante la cual los humanos nombramos objetos y damos forma a la realidad. De las enseñanzas de lingüistas como Ferdinand de Saussure aprendimos que los humanos asociamos un nombre con una imagen mental, al leer la palabra celular en nuestra mente se dibuja la imagen de un dispositivo móvil. Son dos caras de una moneda indisociable.
Este proceso mental, según un estudio de la revista Nature, parece estar presente también en las mentes de animales como los gatos, los cuales parecen identificar los rostros de sus amigos felinos y de sus dueños cuando les dicen el nombre de la persona o del animal.
Los gatos son muy observadores
El paradigma de Saussure consiste en la dicotomía entre significante y significado. El primero son los sonidos que emite la persona, por poner un ejemplo, la palabra automóvil; mientras el segundo es la cosa en sí, es decir el objeto con cuatro ruedas que sirve para transportarse sobre él.
A esto se le añade que hay estudios que han profundizado en la comunicación de los animales y que han demostrado que los gatos pueden reconocer gestos y usar señales para comunicarse con los humanos, incluso muestran su desagrado ante ciertas situaciones con muecas y reconocen las expresiones faciales de los humanos las cuales relacionan con lo que profieren los dueños.
En la prueba se experimentó con 48 gatos (28 machos y 19 hembras). 29 Veintinueve vivían en albergues y los otros 19 eran gatos domésticos que vivían con al menos otros dos gatos porque el experimento requería dos gatos como modelos.
A los gatos se les presentaron imágenes, que consistieron en dos fotos de dos gatos distintos al sujeto que vivían juntos, y nombres, que eran la voz del dueño llamando a los gatos.
“Le pedimos al dueño que dijera el nombre de cada gato como lo haría normalmente y grabamos la llamada usando una grabadora de audio digital portátil”
Básicamente, a los gatos se les presentó una serie de imágenes en un monitor acompañadas de nombres pronunciados por los humanos y los científicos tenían que observar si el gato lograba reconocer a otro amigo felino o al humano en la imagen y si la voz que acompañaba la foto se relacionaba con dicha identificación por parte del animal.
Los resultados del experimentó arrojaron que no todos los gatos predicen el rostro de un humano familiar al escuchar ese nombre, pero sí hay una mayor identificación conforme los gatos pasan en un entorno familiar.
“Nuestra interpretación es que los gatos que viven con más personas tienen más oportunidades de escuchar nombres que los gatos que viven con menos personas, y que vivir con una familia durante más tiempo aumenta esta experiencia. En otras palabras, el estudio sugiere que los gatos pueden aprender nombres al observar interacciones entre humanos: una perspectiva de terceros”.
“Esta es la primera evidencia de que los gatos domésticos vinculan las expresiones humanas y sus referentes sociales a través de experiencias cotidianas”
El grupo de científicos descubrió que los gatos reconocen al menos el nombre de un gato de compañía y posiblemente el nombre de un miembro de la familia humana.
“Una posible explicación tiene que ver con la competencia. Por ejemplo, un gato puede recibir comida cuando el dueño dice su nombre, pero no cuando dice el nombre de otro gato. El hecho de que los humanos probablemente no compitan con los gatos podría explicar la asociación más débil entre los nombres humanos y las caras”.
En conclusión, los gatos domésticos vincularon al menos los «nombres» dados por humanos de al menos dos compañeros de casa específicos.
“Es posible que los gatos tengan un concepto integrado de modo cruzado del nombre y la cara de otro gato, similar a los humanos”.
Mientras que los gatos de albergue, por estar en menos “familiaridad” no reconocen o relacionan nombres con los rostros.