* González Camarena creó en 1962 la pieza única para la portada de los libros de texto gratuitos, imagen que se volvió punto de partida y referencia obligada en la educación escolar
Excélsior
Los libros de texto gratuitos que otorga la Secretaría de Educación Pública (SEP) han sido sin duda alguna una ayuda primordial en favor del sistema educativo mexicano, pues afianzan y garantizan la gratuidad de la enseñanza primaria con la producción y distribución de los libros indispensables para el cabal cumplimiento del artículo 3º de la Constitución.
Dichos ejemplares se caracterizan por sus formas y portadas, pero existe una en particular que ha pasado por generaciones, hablamos de la imagen denominada ‘La Patria’, la cual muestra el rostro solemne de una mujer.
El impacto fue tal que mucho se ha especulado sobre quién es la enigmática dama que aparece en las portadas de los libros, incluso señalando que se trata de una mujer que en su momento fue una mesera de bar cuyo nombre fue Victoria Dorenlas.
¿Victoria Dorenlas, mesera de bar?
A ciencia cierta no se sabe si la mujer que aparece en las portadas de los libros de texto que otorga la SEP fue mesera de un bar o no, sin embargo los relatos de los historiadores apuntan a que así fue.
Lo primero que se sabe es que el autor del retrato fue Guillermo González Camarena, sí el mismo que inventó en 1940 el sistema tricromático secuencial de campos para la televisión; es decir la televisión a color.
Dicho retrato dio identidad a Victoria Dorenlas, una altiva mujer de tez morena y vestida de blanco con la bandera en la mano izquierda y un libro en la derecha, la cual se sabe era originaria de San Agustín Tlaxco, Tlaxcala.
En este contexto, González Camarena creó en 1962 la pieza única para la portada de los libros de texto gratuitos, imagen que, gracias a su masiva multiplicación industrial, se volvió punto de partida y referencia obligada en la educación escolar y sentimental de los alumnos de primaria de todo el país.
La historia cuenta que el artista la conoció cuando trabajaba como mesera en uno de los bares que en aquel entonces frecuentaban artistas y literarios de la época, estaba casada con un auxiliar policiaco, tras el deceso de este y con tan sólo 19 años de edad, accedió a posar para el pintor jalisciense quien la inmortalizó.
Victoria Dorenlas fue modelo de varias obras de Camarena, pero sin duda la más lograda y duradera fue esta, la cual pintó y dibujó frenéticamente en óleos, tintas, estudios, bocetos, retratos, murales, proyectos y carteles, hasta que en los sexenios de López Mateos y Díaz Ordaz fue retomada para que figuraba en los libros de texto que siguen presentes en nuestros días.