María N. fue detenida en Puebla por denuncias de sus víctimas que captaba en la región de la Sierra Norte de Puebla a las que ofrecía ocupar como empleadas domésticas para después someterlas a explotación y maltratos
Proceso
Organizaciones civiles reprobaron la resolución de la jueza Liszet del Carmen Fuentes Trueba, que permitió liberar a María N, también conocida como Lili Bustillos, una mujer que es acusada de trata de mujeres indígenas con fines de explotación laboral y que incluso es señalada por una de sus víctimas de haberla quemado con aceite.
De acuerdo a la Red de Formadoras Kualinemilis A.C. luego de que María N. fue detenida en Puebla por denuncias de sus víctimas que captaba en la región de la Sierra Norte de Puebla a las que ofrecía ocupar como empleadas domésticas para después someterlas a explotación y maltratos, surgieron otros testimonios de mujeres que igual hace 15 años sufrieron abusos por parte de esta persona.
“Lo anterior, expone la gravedad de la situación y presume una forma de trata de personas con fines de explotación laboral que ha vulnerado principalmente a mujeres indígenas de Puebla, desde hace al menos, 15 años, a través de promesas y engaños a mujeres empleadas del hogar”, señala el comunicado de la Red.
Agrega que las víctimas de esta persona, mencionan haber logrado escapar, y vivir con miedo por las represalias que su agresora pueda tomar.
La organización cita algunos testimonios de las víctimas de Lili Bustillos, quien fue detenida en el estacionamiento del colegio Oriente, una institución educativa privada administrada por jesuitas.
“No me pagaba, no comía y no veía a mi familia”. Anónimo, estuvo 5 meses en esclavitud en el año 2017.
“Me llevo a su casa, prometiendo trabajo, yo tenía mucha necesidad y por eso fui, me dejaba encerrada con llave cuando se iba de vacaciones y no podía comer su comida, nunca me pagó, intenté suicidarme en dos ocasiones con los productos que usaba para limpiar el baño, el día que hui una señora que rentaba ahí me ayudo, me salí sin nada, ella me trajo de regreso a mi casa, no pude denunciar porque nadie me iba a creer, en aquel entonces tenía 15 años y tenía mucho miedo” Anónimo, estuvo dos meses hace 15 años.
“Mi mamá también cayó en esa trampa, si no fuera porque se armó de valor para forcejear con esa mujer y salir de su casa, sin dinero, ni teléfono, ni ropa, sin saber cómo andar en la ciudad de Puebla, fue una horrible experiencia para mi mamá”. Anónimo, esta historia fue hace 5 años.
“Yo igual trabajé bajo sus gritos y amenazas, todo porque necesitaba yo, pero nunca me pagó ni un peso, ella sí tiene derechos, nosotras no, nosotras vivimos con miedo de ella y su familia, yo necesito que pague por tratarme como esclava, logré escapar por un inquilino que tenía en ese momento, mi prima vivió lo mismo que yo, con esa mujer”.
“Mi mamá pasó lo mismo que leí de otras mujeres, esto fue hace 5 años, ella está dispuesta a denunciar, pero quiere protección porque la mujer la amenazó de muerte y de dañar a mi familia”.
“Mi mamá también fue víctima de ella y qué coraje lo que le llegó a hacer, la llegó a quemar con aceite y le lanzó sus cosas afuera, aparte de quitarle su credencial de elector y tenerla sin comer, ojalá y pague todo el daño que hizo”. Anónimo. La víctima que fue rescatada hace un año, y quien logró interponer una denuncia.
Las organizaciones firmantes, entre las cuales se encuentran Ddeser Puebla, Campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito Puebla, CAFIS A.C., REDefine Puebla, Colectiva Hablemos de Género, que han acompañado esta denuncia, indican que la liberación de María N. por irregularidades cometidas en su detención revictimiza a la mujer que presentó la denuncia en su contra.
Agregan que, al dejar en libertad a su agresora, las autoridades han puesto en riesgo la vida de la víctima y le dieron la oportunidad para que la presunta delincuente pueda salir del país.
“De esta forma, una vez más, las autoridades le han fallado a una mujer indígena, que no tiene recursos y que durante tres años vivió este calvario, y además, ha tenido que esperar un año para el proceso de detención de su agresora, todo para que unas horas después y por incompetencia de las autoridades responsables esta vuelva a obtener su libertad”, reprocharon.
Según versiones periodísticas, María N fue liberada debido a que su aprehensión se llevó a cabo en el estacionamiento del colegio que es un área de uso privado.
La red de organizaciones feministas exige justicia no sólo para esta mujer, sino para todas las otras que sufrieron la trata con fines de explotación laboral que ejerció Lili Bustillos.
“Nuevamente las autoridades mexicanas nos quedan a deber justicia a todas las mujeres, pero en particular a todas esas mujeres de la Sierra Norte de Puebla que están siendo explotadas como trabajadoras del hogar, a través de prácticas de captación como las que mantenía la acusada”, subrayan.