* Las mujeres han recuperado los niveles de empleo de la prepandemia, pero con base en puestos laborales con menores ingresos y en actividades relacionadas culturalmente con “tareas femeninas”, como ventas, trabajo doméstico, labores de limpieza, preparación de alimentos, apoyo administrativo
Proceso
Ciudad de México., 09 de marzo del 2023.- Aunque la tasa de participación laboral femenina superó los niveles prepandemia en el país, la mayoría se encuentra en empleos de menores ingresos y en actividades “feminizadas”, advirtió el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
De acuerdo con el estudio Fortalecimiento de la participación laboral femenina, aunque el empleo de las mujeres ha recuperado los niveles prepandemia, ésta recuperación ha estado impulsada por puestos en los niveles más bajos de ingresos.
En cifras, el panorama es el siguiente:
De 2019 a 2022, hubo un aumento del 60 % en el número de mujeres que ganan hasta un salario mínimo.
En 2019, 5.7 millones de mujeres ganaron un salario mínimo, mientras que para el 2022, 9.1 millones de mujeres ganaron un salario.
De hecho, el salario mínimo por día fue de 172 pesos; es decir, que en 2022, 9.1 millones de mujeres ganaron 3 mil 457 pesos al mes. Por el contrario, las mujeres que ganaban hasta cinco salarios mínimos se desplomó 51.7 % durante el mismo periodo. Al último trimestre de 2022, solo 250 mil mujeres ganaron más de 17 mil 287 pesos al mes.
Además de lo anterior, el análisis del CIEP dejó ver que el 80 % de las mujeres que trabajan se desempeñan en sectores feminizados que se han relacionado culturalmente con tareas las femeninas como son las siguientes: 13% labora en ventas en establecimientos; 12% en trabajos domésticos y otros trabajos de limpieza; 7.9% en apoyo administrativo; 7.4% en comercios en establecimientos; 6.7% en preparación de alimentos y servicios de alimentación; 5.4% son docentes; 3.8% se dedican a cuidados personales y del hogar.
Sólo el 0.1% de las mujeres se desempeñaron en la clasificación de funcionarios y altas autoridades del sector público, privado y social. Dentro de la clasificación las mujeres ocuparon en el último trimestre de 2022 el 36% de estos puestos.
También el 21% de ellas son presidentas y autoridades municipales y 17% autoridades gubernamentales jurisdiccionales. Esta mayor participación se debe a la legislación que establece cuotas de género en los puestos de elección pública
Por otra parte, la incorporación de las mujeres al mercado laboral ha provocado una disminución en el tiempo disponible de las mujeres.
Hay un incremento de su participación en el trabajo remunerado mientras que la carga de cuidados no disminuye.
A pesar de que la Población Laboral Femenina se ha recuperado y se encuentra en niveles superiores a los previos a la pandemia, persiste una desigual distribución de las tareas domésticas y de cuidados, que recaen principalmente en las mujeres.
Según datos del último trimestre de 2022, el 91.1% de las mujeres ocupadas declararon que trabajan y realizan las tareas domésticas, mientras que sólo el 2.1% de ellas declaró dedicarse únicamente al trabajo remunerado. En contraste, el 21% de los hombres dedica su tiempo sólo al trabajo remunerado y el 59.3 % de los hombres ocupados trabaja y realiza tareas domésticas.
De acuerdo con el CIEP, la baja participación de las mujeres en los mercados laborales remunerados y formales representa una pérdida económica para el país.
Por un lado, se pierde el valor de la producción que pudo ser generado por ellas. Por el otro, se pierden ingresos fiscales potenciales.
Un ejemplo es el ISR, que es el impuesto que obtiene mayor monto de recaudación. En 2022, el ISR represento el 59% de los ingresos tributarios.
De acuerdo con el simulador fiscal del CIEP, la recaudación por ISR para personas físicas y asalariadas representa el 6% del PIB. Las mujeres contribuyen con el 36% de esta cantidad, lo que equivale a una contribución de 2.1% del PIB; mientras que los hombres contribuyen con el 64% y aportan 3.8 % del PIB.
“La brecha entre la recaudación por ISR para personas físicas y asalariadas entre hombres y mujeres es 1.7 % del valor del PIB. Esta brecha se debe, en parte, a la falta de igualdad de oportunidades para que las mujeres ingresen al mercado laboral formal. Reconocer, redistribuir, remunerar y formalizar la carga del trabajo no remunerado podría contribuir a un incremento en la recaudación”, señaló el estudio.