* La petición será elevada durante la sesión anual número 66 del organismo multilateral en marzo de 2023 para garantizar el uso tradicional de la planta
Infobae
Colombia acompañará a Bolivia en la petición ante la Comisión de Estupefacientes de las Naciones Unidas para que la hoja de coca deje de hacer parte de hacer parte de la lista de sustancias prohibidas. Esta solicitud no incluiría a la cocaína, el alcaloide derivado de la planta que es central para el narcotráfico nacional.
Laura Gil, la viceministra de Asuntos Multilaterales del Ministerio del Exterior, señaló: “Vamos a reivindicar el uso lícito de la hoja de coca, lo haremos al lado de Bolivia”, como parte de la presentación ante la Comisión de la ONU del nuevo enfoque de la política de drogas que plantea adelantar el gobierno del presidente Gustavo Petro.
La sesión número 66 se desarrollará entre el 13 y el 17 de marzo en Viena, (Austria), donde según Gil se presentarán las bases de la nueva política de drogas que se construye entre los ministerios de Justicia y de Defensa que busca abordar el problema desde una nueva perspectiva.
La viceministra explicó que expondrá una desproporción de las penas en los diferentes eslabones de la cadena del narcotráfico, en la proponen castigar a los más poderosos y proteger a los más vulnerables, como los campesinos, que reciben castigos desproporcionados.
Bolivia abanderó la solicitud del uso lícito de la hoja de coca desde hace más de una década, cuando renunció a la Comisión de Estupefacientes. En 2012 se volvió a adherir, pero presentó una reserva sobre la masticación de la planta, que hace parte de su cultura.
Solo 15 países se opusieron a la reserva de Bolivia y varios se adhirieron, por lo que el país pudo volver a ser parte de esa Comisión. Ahora, ambos países “consideran que es el momento de volver a poner el tema sobre el tapete” y están discutiendo cómo hacer para que la hoja de coca sea sacada del listado de prohibición.
La Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes controla el arbusto de hoja de coca y considera la hoja como un estupefaciente, así como el alcaloide que contiene que es utilizado para la producción de cocaína. Lo que buscan ambos países es que la planta pueda ser cultivada y utilizada principalmente en los usos tradicionales como el ‘mambe’ que es común en algunas comunidades indígenas.
“La pelea es para que saquemos la hoja de coca de sustancias prohibidas. Ustedes saben que los pueblos autóctonos de la Sierra Nevada fueron declarados patrimonio inmaterial de la humanidad, entonces en la ceremonia de celebración en Marruecos fue acompañada por varios mambos. Lo más triste es que nos tocó pedirles que no viajaran con la hoja y el poporo”, contó Gil.
Los representantes de las comunidades señalaron que hacía parte de su cultura, pero los funcionarios no podía garantizar su seguridad de acuerdo a las autoridades de los países extranjeros. ”Nuestro compromiso es con ellos”, señaló la viceministra de Relaciones Exteriores.
El objetivo es desestigmatizar la discusión de las drogas y sus usos, para llevarlo a un problema de salud pública. “Insistimos en que los eslabones más frágiles de la cadena no son los que deben ser atacados, tenemos que ir por las mafias que están detrás, no más. Por eso el presidente insiste en reforzar en materia de seguridad en la interdicción, pero no penalizar al campesinado con la erradicación forzosa”, sostuvo Gil.
El cambio de política en ese sentido quedó en evidencia en el informe del Observatorio de Derechos Humanos y Defensa Nacional que señaló que durante el primer mes del año, en Colombia no se erradicó una sola hectárea de cultivos de hoja de coca. Ya había sido confirmado por el director de la Policía Nacional que las labores de eliminación de cultivos ilícitos se habían reducido.