* La persona afectada es un italiano de 36 años que pasó cinco días en España en junio de 2022; nueve días después de su regreso, desarrolló fiebre, dolor de garganta, dolor de cabeza, fatiga y agrandamiento de los ganglios linfáticos
Luego desarrolló erupciones cutáneas graves en la cara y otras partes del cuerpo, seguidas de la formación de pústulas. Dada la gravedad del cuadro, acudió al servicio de urgencias del hospital, donde posteriormente fue derivado a la unidad de enfermedades infecciosas para su ingreso.
El paciente refirió haber sido tratado por sífilis en 2019. En septiembre de 2021 se realizó prueba de VIH con resultado negativo.
De acuerdo con el Journal of Infection, sufría de trastorno bipolar, por lo que tomaba regularmente carbamazepina 200 mg al día. Fue vacunado contra el SARS-CoV-2 con dos dosis de Pfizer (la última en diciembre de 2021) y ya había contraído el Covid-19 en enero de 2022.
Tras tomar muestras biológicas de sus lesiones cutáneas y vías respiratorias, se sometieron a la reacción en cadena de la polimerasa con transcripción inversa. El informe confirmó la presencia de infección por viruela del mono. También dio positivo por VIH.
La secuenciación del genoma del SARS-CoV-2 confirmó que estaba infectado con la subvariante ómicron BA.5.1. En el quinto día posterior al ingreso, casi todos los síntomas se resolvieron, aunque seguía siendo positivo para el SARS-CoV-2 y la viruela del mono.
Sin embargo, fue dado de alta del hospital y se le aconsejó que se aislara en su casa. Después de ocho días después del alta, visitó el hospital para hacerse una nueva prueba de infección por viruela del mono, que arrojó un resultado positivo para el virus.
Se inició tratamiento para su infección por VIH con una combinación triple de dolutegravir, abacavir y lamivudina.
Los investigadores resaltaron que «el frotis orofaríngeo de la viruela del mono seguía siendo positivo después de 20 días, lo que sugiere que estas personas aún pueden ser contagiosas durante varios días después de la remisión clínica. En consecuencia, los médicos deben recomendar las precauciones adecuadas».
También destacaron que «como este es el único caso informado de coinfección por el virus de la viruela del simio, el SARS-CoV-2 y el VIH, todavía no hay suficiente evidencia que respalde que esta combinación pueda agravar la condición del paciente».