* La pandemia agravó la situación laboral de la juventud mexicana; la falta de oportunidades laborales los obliga a buscar alternativas
Crónica / 01 de agosto del 2022.- El desempleo es una problemática común en México, un país con más de 130 millones de personas, lo que indica sobrepoblación que desata la falta de oportunidades y aumenta la dificultad para los jóvenes sin experiencia que buscan colocarse en el campo laboral.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo realizada por el INEGI, en el primer trimestre del 2022 la población económicamente activa del país fue de 58.1 millones de personas, 2.7 millones más que el año anterior en el mismo periodo, lo que indica un crecimiento a raíz de la crisis de empleo que desató la pandemia, sin embargo, ésta causó estragos en la población de jóvenes en el campo laboral.
La crisis sanitaria por Covid-19 implicó retrocesos en el desarrollo profesional de jóvenes que ya habían encontrado un empleo: “Soy diseñador gráfico, estaba muy feliz porque en enero de 2020 encontré un trabajo después de buscarlo por casi dos años y medio, pero al fin ejercía lo que estudié; en marzo llegó la pandemia y me dijeron que lo sentían porque era muy bueno, pero debían despedirme por no tener antigüedad en la empresa”, cuenta Uriel a este diario.
Otro de los primeros retos que enfrentan los jóvenes en el campo laboral, es la falta de oportunidades. Hoy en día es una tarea difícil colocarse en un empleo donde puedan desarrollar sus profesiones; Jorge, quien a finales del año pasado se graduó como licenciado en ciencias sociales, explica que: “No basta con tener un título universitario, piden experiencia, maestrías o diplomados y claro que los quiero, pero para hacerlos necesito dinero entonces necesito trabajar, pero nadie le abre las puertas a un inexperto, me siento estancado”.
De acuerdo con el Censo Nacional de Población y Vivienda 2020, en México habitan 29.9 millones de jóvenes de 20 a 29 años, la demanda laboral aumenta y es competente, por esta razón, muchas personas han decidido probar otra suerte.
Jenny, quien es ingeniera en informática, es empleada de un comerciante de papelería y explica que su carrera la ejerce como una segunda opción: “Me siento cómoda en la papelería, al intentar ejercer mi carrera nadie quería darme oportunidad y a mí me urgía pagar mis gastos entonces seguí aquí, pero le arreglo sus computadoras o lo que se ofrezca a la gente que me conoce”, comparte la ingeniera mientas empaca un pedido en la papelería.
Así como Jenny, muchos otros jóvenes han optado por redireccionar sus búsquedas y emprender ellos mismos; Erika es criminóloga, mientras cursaba su carrera se dedicaba a la manicura y puso un salón para solventar sus gastos:
“Cuando me gradué busqué trabajo como loca, me di cuenta que se trata de puras palancas, cuando encontré algo en relación a mi carrera era super demandante y mal pagado… me pregunté por qué me estaba desgastando y exponiéndome tanto si con mi negocio me iba mucho mejor”, explica la mujer quien actualmente extendió su negocio y ahora ofrece más servicios de cuidado personal.
Son muchos factores que dificultan la búsqueda de empleo; Rubí, quien lleva poco más de un año buscado una oportunidad, se ha decepcionado pues: “Un día tenía dos entrevistas de trabajo, me decidí por el empleo que prometía que podría crecer profesionalmente y cuando llegué me dijeron que era venta de electrodomésticos, perdí otra oportunidad”.