* México jugó un mal partido ante los nipones, contrario a la versión que dio ante Francia, y cayó en su segundo partido de los Juegos Olímpicos 2-1
MILENIO
México dejó la inspiración y habilidad guardada. Del Tricolor que le ganó 4-1 a Francia nada apareció en el Estadio de Saitama, ni la motivación ni el buen futbol, y por ello, Japón no tuvo problema para, en los primeros once minutos, meter sus dos primeros goles, aunque a cinco minutos del final Roberto Alvarado acercó a los suyos 2-1.
Japón no era un rival sencillo, lo sabían los mexicanos. Tenían en mente su velocidad y esa estrategia de cerrar el partido cuando tienen la ventaja, tal como lo han hecho con otras selecciones pero el equipo mexicano salió desconcentrado, fuera de sí, dormido. Esta vez, Diego Lainez no logró desbordar por la banda, tampoco Alexis. En el mediocampo Luis Romo no encontró la precisión para robar el esférico. Es más, con mucho trabajo podían frenar a los japoneses.
Apenas al minuto seis, cayó el primer gol. Ritsu Doan se lleva por velocidad a Erick Aguirre, metió centro y delante de la media luna entró Takefusa Kubo, quien solo tuvo que puntear el esférico.
Al minuto 11, César Montes entró con fuerza y el árbitro marcó la pena máxima. Ritsu Doan lo cobró a media altura, al centro, y dejó sin oportunidad a Guillermo Ochoa.
El duelo se jugaba en territorio mexicano
La mejor jugada del Tricolor en esos instantes fue un centro que Erick Aguirre le mandó el balón a Henry Martín, quien se dio la media vuelta y sacó un tiro flojo, que no fue problema para el arquero Kosei Tani.
México no respiraba. Una y otra vez se acercaba el enemigo con su principal cualidad, el dinamismo.
La desesperación de los mexicanos se reflejaba en las faltas constantes, era su recurso para detener a los japoneses. Al minuto 28’, esas faltas llevaron al Tricolor a tener tres amonestados, Jorge Sánchez, César Montes y Carlos Rodríguez.
El Tri intentó después de eso crear opciones a la ofensiva, pero encontró pocos espacios, y claro, el par de opciones generadas no llegaron al lugar preciso.
Japón esperaba, se concentraba en no dejar espacios a la defensiva, para cerrarle cualquier opción a los mexicanos. Mientras tanto, Kubo aprovechaba cuando sus compañeros robaban el balón, recorría a toda velocidad la banda derecha y se llevaba con e Johan Vázquez con facilidad.
En una de esas jugadas, Aguirre se lesionó, no pudo seguir, y ante ello, Jaime Lozano mandó al terreno de juego a Vladimir Loroña por derecha , por lo que Jorge Sánchez tuvo que cambiar de banda.
México se notaba ansioso, llegaba al área rival, pero sus tiros eran bastantes imprecisos. Dos jugadas definían esa sensación que Lozano ajustó. Entró Joquín Esquivel por Carlos Rodríguez. Esquivel se clavó en el mediocampo con Luis Romo para afianzar ese sector.
Minutos más tarde se fueron Diego Lainez y Alexis Vega. Entraron Uriel Antuna y Roberto Álvarado.
Fue hasta el minuto 85 que Roberto Álvarado cobró una falta en la que sin mucho ángulo mandó centro, que al final se metió a la portería de Tani. Al 90’, Lorona sacó un cabezazo que ilusionó a los mexicanos, pero el portero terminó con la posibilidad de gol. Los minutos se esfumaron, y México no logró más.